![]() |
Emoción y Razón, un par indisoluble al decidir |
Navegá por:
Desde Teoría de la Decisión sostenemos que las emociones son una parte esencial de la naturaleza humana y constituyen el componente psicológico más antiguo del hombre (anterior al lenguaje y el razonamiento).
En contra de la creencia popular, emoción y razón no constituyen un par antagónico, sino que se encuentran íntimamente relacionadas.Elegir una carrera universitaria,
cambiar de trabajo, tener un hijo, invertir en un determinado portfolio,
cambiar de pareja y hasta cometer un delito penal, son ejemplos decisiones humanas cuya definición se
encuentra estrechamente asociada con las emociones, ya que éstas pueden incidir
significativamente en el proceso de razonamiento del decisor.
Dentro del conjunto de sesgos cognitivos, la
emoción, el impulso y los sentimientos, suelen nublar la capacidad de juicio del
sujeto y conducirlo a acciones irracionales al momento de la decisión.
Esto puede observarse en :
-Distorsiones
en la percepción y la comprensión de la situación de decisión
-Dificultades
para evocar recuerdos de mediano y largo plazo, afectando la función de la memoria y a su vez la capacidad de
razonamiento del sujeto
-Estereotipia
en los procesos de pensamiento, que impiden comprender la naturaleza de la
situación de decisión o que dificultan la reflexión y evaluación de opciones.
APORTES
AL TEMA DESDE LAS NEUROCIENCIAS Y LA NEURO-ECONOMIA
En los últimos quince años la
producción científica sobre el cerebro y
las emociones ha sido muy prolífica, con un beneficio indiscutible en términos de conocimiento y del desarrollo
de las neurociencias y la neuro-economía.
El avance tecnológico e informático y la utilización de
técnicas cognitivas y de imágenes, han hecho posible el estudio del cerebro en
tiempo real, y la observación de los
cambios que provocan emociones como el miedo, la tristeza, la ira o el amor,
contribuyendo en el conocimiento de las
bases biológicas de las emociones y su relación con la razón y la conducta
humana.
Este campo disciplinar de la economía
experimental, pretende investigar la influencia de la química cerebral en
decisiones de mercado y financieras,
tales como la acción de brokers bursátiles, quienes eligen invertir en tiempos
de retracción o la fuerte aversión al riesgo de los inversionistas. Y si bien, se encuentra en
desarrollo, existen estudios que demuestran la influencia del componente
emocional en la toma de decisiones económicas..
Tiene su antecedente en la
“economía del comportamiento”, corriente que cuenta con un par de premios Nobel
en su haber como Daniel Kahneman, Gary Becker y el reciente premio Nobel Richard Thaler.
Investigaciones recientes, han demostrado de qué manera ciertos daños y lesiones cerebrales afectan la
capacidad de experimentar ciertas emociones que empobrecen el juicio o
afectan la razón del decisor, por ejemplo el miedo ante el riesgo. Y de qué forma, bajo ciertas circunstancias,
aquellos sujetos que tienen dañada su capacidad para experimentar emociones
podrían tomar mejores decisiones financieras en el corto plazo, que personas
consideradas sanas (sin daño/lesión cerebral).
El aspecto central de los
estudios, procura descubrir cuándo y bajo que circunstancias las emociones son
instrumentales para el sujeto. Es decir, en que condiciones pueden serle útiles
y cuando no. Y utilizar este conocimiento (relación entre circunstancias
y emociones), como guía para el comportamiento humano. Sus conclusiones, dan
cuenta que las emociones cumplen un rol fundamental, por cuanto muchos de los
actos de la conducta humana, entre ellos la decisión, están determinados frecuentemente, tanto más por nuestras
emociones que por la razón.
Las primeras aplicaciones de las
neurociencias a la Teoría
de la Decisión , provienen de las investigaciones del
neurólogo argentino Antonio Damasio, quien descubrió que los seres humanos
utilizan una “parte emocional” del cerebro para tomar sus decisiones y no solo
la parte “racional”. demostrando la complementariedad de ambos aspectos
(racionalidad/emoción), al tomar una decisión.
Damasio, propuso la hipótesis del
“marcador somático” para explicar el impacto de la emoción en el proceso
cognitivo. Demostrando que ante la evaluación de análisis de costo beneficio,
el cerebro activa diferentes escenarios potenciales.
De esta forma cuando un resultado
“malo/negativo” asociado a una alternativa viene a la mente, se experimenta una
sensación desagradable. A esto lo llamo “marcador somático”, el cual actúa
como una señal de advertencia.
Observó, que cuando ciertas zonas
del cerebro están lesionadas el sujeto es incapaz de generar respuestas
emocionales, y esto deteriora su capacidad para tomar decisiones ventajosas, e
incluso el actuar de acuerdo con determinados principios éticos.
En el cerebro hay dos áreas principales relacionadas
con las emociones que al lesionarse, por
accidente o enfermedad (por ej. Tumores), comprometen la toma de
decisiones.
Estas dos áreas, se denominan: amígdala y corteza pre-frontal..
En la vida real, sujetos con
ambos tipos de disfunciones, muestran
deficiencias absolutamente diferentes
en la toma de decisiones, según surge de las investigaciones de Antoine Bechara[1],
profesor de Neurología de la
Universidad de Iowa, USA. .
En uno de los estudios, los
investigadores propusieron un juego bursátil a 15 personas, todas con algún
daño la región del cerebro que controla las emociones o la posibilidad de
experimentar sentimientos (como temor o ansiedad), con coeficiente intelectual
normal pero con las áreas cerebrales responsables de la lógica y el
razonamiento cognitivo, intactas. Este último aspecto fue determinante al
momento de formular las conclusiones de la investigación.
DAÑO-LESION
CEREBRAL EN LA AMIGDALA :
Las personas con la amígdala
dañada (parte del cerebro que se halla
en su zona delantera baja) tienen problemas para rellenar de “contenido
emocional” un suceso en principio neutro. Cierto tipo de lesiones en la
amígdala, determinan en al paciente una sorprendente frialdad o indiferencia,
ante los aspectos emocionales de la memoria.
Por ejemplo, caminar por un
descampado, es en principio un suceso neutro, pero si una persona es atacada,
herida o
robada en ese lugar, inevitablemente sentirá miedo cuando vuelva a pasar
por allí.
Sin embargo, los pacientes que
tienen lesionada la amígdala son incapaces de asociar ese lugar con el miedo, con lo que no evitarían ese peligro o el
exponerse nuevamente a situaciones similares.
DAÑO-LESION EN LA REGION DE LA CORTEZA PRE-FRONTAL
Por su parte, daños este tipo
suelen comprometer las decisiones sobre asuntos
financieros o de relaciones sociales, pero
no las decisiones que ponen en peligro la propia integridad o la de los demás,
como les ocurre a los pacientes con la amígdala lesionada.
A diferencia de éstos últimos,
los pacientes con la corteza prefrontal ventromediana lesionada, no presentan
problemas en crear asociaciones sencillas con las distintas emociones. Han
perdido muchas de sus respuestas emocionales. Aunque sus funciones
intelectuales y su memoria no han sido afectadas, los pacientes exhiben una
disminución de la capacidad para adoptar decisiones
Según los investigadores, su caso
es más complejo y se relaciona con situaciones que implican una recompensa inmediata y consecuencias a
largo plazo. Los investigadores dan
el ejemplo de alguien a quien se quiere sobornar para que robe unos
documentos.
Esta situación confronta dos
tipos de señales emocionales: una positiva (la recompensa económica), y otra
negativa (el miedo al castigo: cárcel).
Si la señal positiva es más
fuerte, el sujeto puede cometer el delito. Los pacientes con daño en la corteza
pre-frontal, no toman en consideración
los efectos de su acción en el futuro.
Como contrapartida, estos
estudios han concluido que los pacientes que obtuvieron en este juego de simulación de apuestas, los mejores resultados monetarios, se
hallaban en su vida “real” en ruina financiera
por haber permitido situaciones engañosas contra ellos y haber realizado ciertas inversiones
aparentemente absurdas (contra el consejo de parientes y amigos) con el
consecuente efecto desfavorable para sus finanzas.
Todo ello debido a su déficit
emocional.
Con posterioridad a las investigaciones
de Damasio, los neuro-economistas investigaron la reacción de circuitos
cerebrales frente a determinados dilemas económicos. Muchos de estos
experimentos, conforman una nueva etapa de investigaciones tomando como punto
de partida los estudios de los conductistas, a partir de alguna técnica de neuro-imagen.
Por ejemplo, se investiga que partes
del cerebro se activan cuando se evalúan alternativas, frente a un simulacro de
negociación, juegos ó como se gana o se pierde dinero.
Los neuro-economistas han
comprobado que la amígdala se activa en forma positiva ante la ganancias de
dinero, pero“arde” cuando hay pérdidas.
Las reacciones, tal como aseveraron los conductistas son asimétricas
para ganancias y pérdidas.
El prestigioso neuro-economista
Colin Camerer, utilizó en sus estudios una variación del juego del ultimátum: una persona decide como repartir 10$ entres
dos inversores, y los otros dos deben decidir si aceptan o no la decisión del
tercero. Pero no hay instancia de apelación: si no la aceptan, no reciben nada.
La teoría tradicional, predice
que cualquier monto superior a cero debería ser tomado y como sin embargo los
estudios de los economistas conductistas (economía del comportamiento) hallaron
que los encuestados rechazan la suma ofrecida si consideran que es “injusta”
aunque pierdan todo ( ver IV.F efecto sentido de justicia, en éste capítulo).
Camerer pudo predecir la respuesta aun antes
de que los encuestados presionaran un botón para comunicar su aceptación o
rechazo.
Si se activaba la “ínsula
anterior” (relacionada con sensaciones de disgusto), sabían que la negociación
fracasaría. Si en cambio si se activaba la zona relacionada con procesos
racionales, se sellaría algún acuerdo.
[1] ANTOINE BECHARA , profesor
de neurología de la Universidad de Iowa El estudio
de Bechara -publicado en el boletín Psychological Science- fue liderado por un
equipo de investigadores de la Universidad
Carnegie Mellon , la Escuela de Graduados de
Standford y la Universidad
de Iowa.
[1] ANTOINE BECHARA , profesor
de neurología de la Universidad de Iowa El estudio
de Bechara -publicado en el boletín Psychological Science- fue liderado por un
equipo de investigadores de la Universidad
Carnegie Mellon , la Escuela de Graduados de
Standford y la Universidad
de Iowa.
"no somos seres racionales, somos seres emocionales que razonan", si no tuvieramos inteligencia emocional, o tuvieramos parte del cerebro dañado (como ser en la corteza pre frontal), caeríamos en el error de realizar malos procesos decisiorios, minimizando el riesgo, lo cual nos llevaría a decisiones incorrectas a nivel económico en nuestra vida profesional y personal.
ResponderEliminarSucede que al ofrecerle a un grupo de personas, una por una, compartir con otra parte una suma de dinero ''X'' la respuesta de todos fue que si. Al indicarles que lo que les tocaría sería inferior al 50% de la suma ''X'' a muchos no les gustó y se negaron. Mayor fue el número de los que se negaron al indicarles que lo que les tocaría iba a ser un monto menor al 20% de tal suma de dinero. Claramente ellos querían más. Sin embargo, son pocos los que toman la decisión racionalmente de tener algo o no tener nada en este tipo de situaciones. Hay veces que más vale pájaro en mano que cien volando. Marcelo A. Saldaño
ResponderEliminarLas emociones pueden llegar cambiar el rumbo de nuestro proceso decisorio ya que podes caer el los sesgos ya que muchas de nuestras decisiones fueron tomadas en algún momento por nuestras emociones y no por nuestra razón.
ResponderEliminarMe recuerda a una frase que escuché hace un tiempo: cuando uno se enfrenta a un resultado muy incierto, confiar en la intuición y en las emociones es la mejor estrategia. Yo creo que el pensamiento lógico siempre está cuando tenemos toda la información disponible (podríamos decir, en situaciones de certeza).
ResponderEliminarPor ejemplo, no se necesita emociones para decidir si $1000 son mejores que $50.
Ante un ambiente donde hay incertidumbre, las emociones ayudan al pensamiento racional.
GMontenegro
Creo que la toma de conciencia sobre los efectos de nuestras emociones en la toma de decisiones es importantisimo, para poder evitar que nos nublen y no nos permitan decidir bien. 1 es mejor que 0, por mas disgusto que me genere que no me ofrezca el 50% de esos 10 pesos. Admito que soy la numero uno en tener esa sensación de angustia, pero me es bueno conocerlo para tratar de manejarla mejor.
ResponderEliminarEs un hecho que las emociones se encuentran presente en los procesos decisorios, en algunos casos actúan para bien y en otros para mal, por eso es importante detenerse a analizar la situación para identificar las emociones y saber si se está eligiendo la mejor alternativa.
ResponderEliminarSomos seres emocionales , sentimentales y racionales . La mayor importancia al momento de decidir tendra que ver con la situacion que tengamos en frente . Vi un programa en discovery , en el que ponian a prueba a personas sobre quedarse con 30 dolares o donarlos a la persona ( de bajos recursos ) que estaba al frente . Todos decidieron donar, esto va en contra de que el ser humano busca siempre la rentabilidad o mas ganancias . Esto nos demuestra que las emociones y sentimientos muchas veces importan demasiado al tomar una decision , es muy dificil separar a la razon de la emocion al decidir .
ResponderEliminarElizabeth Lazaro
"...los cambios que provocan emociones como el miedo, la tristeza, la ira o el amor, contribuyendo en el conocimiento de las bases biológicas de las emociones y su relación con la razón y la conducta humana."
ResponderEliminarEste tema se puede ver reflejado a la hora de una nueva posibilidad de trabajo, la cual tiene mejor condiciones laborales (mejor salario, cercania, etc.) pero no se sabe como sera el nuevo ambiente de trabajo y los nuevos compañeros, y tal vez por nostalgia a perder los buenos compañeros que una ya sabe que se tienen y por miedo a lo desconocido, se elige algo que claramente no es conveniente, solo por quedarse en la famosa "zona de confort".
Magot.
Es necesario conocernos a nosotros mismos para lograr mejores resultados en cualquiera sea el ambito. La deciciones estaran ligadas con las emociones sin importar el caso, es necesario a mi parecer tratar de controlar estas mismas en el ambito laboral para lograr decidir con la razon y la logica.
ResponderEliminarTomas Plorutti
En muchos casos, la emoción está por encima de la razón a la hora de tomar una decisión. En algunas situaciones, se viola el axioma básico de la economía, el cual dice que todos buscamos maximizar nuestras utilidades, pero si esto fuera así, no existirían, por ejemplo, las donaciones. El hombre busca ser racional, pero muchas veces las emociones son mas fuertes que la razón.
ResponderEliminarG. Moreno
Me parece increíble la manera en que nuestro cerebro (razón) y las emociones están intimimamente relacionadas. Por eso debemos prestar absoluta atención si nos encontramos con algunas de las lesiones cerebrales mencionadas en el decisor a la hora de analizarlo.
ResponderEliminarCuando uno toma las emociones para mirar distintos enfoques, siempre actua con certeza. Uno sabe que le da mas satifaccion, siempre preferimos aquello que nos llena como personas, no vamos a elegir un empleo solo por el hecho de su bonificacion, hoy en dia se busca mas alla de lo economico. T. Nilda
ResponderEliminar